sábado, 31 de diciembre de 2016

Distinción de clases reflejada en la 
alimentación 
(VIII)


Aparte del tabaco, también eran utilizados otros narcóticos o tóxicos más eficaces: se buscaba con ellos un estimulante, o bien visiones proféticas. 

Los cronistas mencionan particularmente el peyotl (peyote), pequeña cactácea originaria del norte de México, que provoca vivas alucinaciones:

“…Los que la comen o beben tienen visiones espantosas, o de risas; dura esta borrachera dos o tres días, y después se quita. Es como un manjar de los chichimecas que los mantiene para dar ánimo para pelear y no tener miedo, ni sed, ni hambre, y dicen que los guarda de todo peligro” (Sahagún).





El peyotl desempeña aún en nuestros días un papel de suma importancia en la vida ritual de los indígenas del noroeste de México y del sur de Estados Unidos, como lo son los Wixarrikas, famosos por anualmente hacer una recolección ritual del peyote en lo que dentro de su cosmovisión es el origen de todo el mundo Wirikuta. 


Peyotl - Foto Arvin Hernández


Otras plantas, cuyos efectos aún no se han estudiado en su totalidad parecen haber sido utilizadas como narcóticos, tal como la hierba de tlapatl, una solanácea y el grano de mixitl, así como hongos llamados teonanácatl (hongo divino), que según las fuentes era servido a los invitados al inicio del banquete:

“…La primer cosa que se comía en el convite eran unos honguillos negros que ellos llamaban nanácatl (que) emborrachaban y hacen ver visiones, y aún provocan a lujuria; esto comían antes de amanecer, con miel, y cuando ya se comenzaban a calentar con ellos, comenzaban a bailary algunos cantaban y algunos lloraban, porque ya estaban borrachos con los honguillos; y algunos no querían cantar, sino sentábanse en sus aposentos y estábanse allí, como pensativos, y algunos veían alguna visión que se morían, y lloraban, otros veían que los comía alguna bestia fieraotros veían que cautivaban en la guerra, otros veían que habían de ser ricos, otros que habían de tener muchos esclavos, otros que habían de adulterar y hacer tortilla la cabeza, por este caso, otros que habían de hurtar algo, por lo cuál les habían de matar y otras muchas visiones que veían, pasada la borrachera de los honguillos, hablaban los unos con los otros de las visiones que habían visto” (Pomar).






Bibliografía recomendada:
La vida cotidiana de los Aztecas en las vísperas de la conquista, Jaques Soustelle.
Historia General de las Cosas de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún.
Historia y mestizaje de México a través de su gastronomía, Mónica Niembro Gaona.
Entre alimentos, comidas y rituales. Algunas notas sobre la gastronomía prehispánica, la dieta ritual y la etiqueta gourmet mexica a la luz de la “Historia General de las Cosas de la Nueva España”, de fray Bernardino de Sahagún, Ulises Chávez.
La cocina prehispánica y sus ingredientes, Martha Chávez.
Relación de Texcoco, Juan Bautista Pomar.


Texto: Arvin Hernández Villaseñor

viernes, 30 de diciembre de 2016

Distinción de clases reflejada en la 
alimentación 
(VII)


Hemos revisado que los mexica hacían dos alimentos, uno, luego de llevar a cabo algún trabajo al que estuvieran destinados desde temprano y el otro en la segunda mitad del día, para la mayor parte de los macehuales la segunda comida era también la última, a menos de que antes de dormir se refrescaran y se alimentaran con una taza de atole, de amaranto o de chía. Para la gente que trasnochaba, llámense gobernantes, guerreros o comerciantes se ofrecían fiestas y banquetes, cenaban abundantemente y con mucha frecuencia esto duraba toda la noche.

“… Estando ya todos juntos dábanles agua manos, y luego les servían la comida y comían todos.

Acabada la comida, otra vez lavaban todos las manos y la boca, y luego les ponían la bebida de cacao, y luego cañas de humo, después de esto les daban mantas y flores y otras cosas” (Sahagún).





Esta descripción corresponde a un convite de mercaderes, los pochteca que poco a poco, conforme la evolución del estado, fueron acumulando grandes riquezas que les permitían ostentar un título nobiliario dentro de la sociedad, según la descripción brindadada por Sahagún, la comida se extendía al amanecer, en medio de danzas y cantos, en la mañana los convidados se separaban después de haber bebido una última copa de cacao perfumado, que olía a vainilla y miel.





El cacao era igual un punto importante: por lo menos entre los miembros de la clase dirigente y entre los comerciantes, se distribuía entre los comensales, una vez terminada la comida, en pipas ya preparadas. Estas pipas eran cilíndricas sin fogón propiamente dicho, de caña, (algunas de barro cocido), ricamente adornadas y rellenas de una mezcla de tabaco, carbón de leña y liquidámbar.

Se obtenía pues, una especie de grueso cigarro aromático cuyo sabor debió de ser muy diferente al que encontramos en la actualidad con un cigarro.

El tabaco se utilizaba mucho con fines medicinales y rituales, ya que los aromas y el humo se consideraban elementos sagrados de comunicación con los Dioses.

Se le atribuían cualidades farmacéuticas y de valor religioso: 
los sacerdotes y encargados de los templos en algunas ceremonias llevaban sobre la espalda una calabaza llena de tabaco. 

El uso “profano” de esta planta no parece haberse extendido, en la época prehispánica entre las clases populares.





Bibliografía recomendada:
La vida cotidiana de los Aztecas en las vísperas de la conquista, Jaques Soustelle.
Historia General de las Cosas de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún.
Historia y mestizaje de México a través de su gastronomía, Mónica Niembro Gaona.
Entre alimentos, comidas y rituales. Algunas notas sobre la gastronomía prehispánica, la dieta
ritual y la etiqueta gourmet mexica a la luz de la “Historia General de las Cosas de la Nueva
España”, de fray Bernardino de Sahagún, Ulises Chávez.
La cocina prehispánica y sus ingredientes, Martha Chávez.

Texto: Arvin Hernández Villaseñor

jueves, 29 de diciembre de 2016

Distinción de clases reflejada en la 
alimentación
(VI)


El Códice Mendoza, nos muestra que las ciudades y señoríos sometidos a tributo debían de entregar anualmente a los cobradores o recaudadores mexica (calpixque) cantidades importantes de granos. 





Con el amaranto y la chía por ejemplo se preparaban atoles que a la vez eran refrescantes y alimenticios, el tzoalli y el chianpinolli; de la última bebida se extraía además un aceite análogo al aceite de linaza que se utilizaba para las pinturas.





Para los habitantes de estos tiempos, como todavía para los de hoy que viven alejados en campos o tierras estériles, la época de sequía en los meses de junio y julio, era un periodo de ansiedad, desesperanza y escasez: 

“Entonces de verdad había hambre; entonces el maíz en grano era muy costoso, había gran necesidad” (Sahagún).

En México, el gobierno trató de remediar esta situación distribuyendo víveres a la población durante el mes de Huey Tecuilhuitl. 

El tlatoani mostraba su buena voluntad hacia su pueblo, haciendo que se repartieran tamales y atole. Además había que recurrir en definitiva a la recolección, a los sistemas de supervivencia preagrícolas. 





Si los mexica reprochaban a los otomíes que llegasen a comer animales muertos e inmundos, como serpientes, ratas y lagartijas, ellos mismos habían recurrido a las plantas comestibles silvestres, como los quilitl (en el castellano contemporáneo conocidos como quelites), de los cuales sabían reconocer y utilizar una variedad extraordinaria.



Quelites


Sahagún describe muchos tipos de estos quelites, de los cuáles el huauhquihuitl o amaranto silvestre, era particularmente tenido en un alta estima.

Los campesinos los vendían en el mercado de Azcapotzalco. A pesar de su aparente fertilidad, la naturaleza del Valle de México era dura para el hombre, las hambres eran frecuentes, la escasez amenazaba cada año y los métodos agrícolas eran insuficientes para hacer frente a circunstancias excepcionales donde una gran cantidad de población se viera inmiscuida, como heladas, lluvias y sequías.

A nivel general el agrosistema de chinampa en sus variantes de chinampa drenada y chinampa flotante se diferencian en relación a su ubicación, fuera (a la orilla) o dentro de las lagunas y pantanos de agua dulce, que en este sistema se aprovechaba de manera intensiva el medio lacustre que los rodeaba, como el tule que se entrelazaba a manera de plantilla o cimentación para darle consistencia a la estructura, los ahuejotes que se sembraban en ringleras simétricamente a manera de pilotes para sostenerla, el agua-lodo o cieno del lago que se depositaba por capas para conformar la cama o el terreno agrícola, casi todas las plantas lacustres que flotaban en el pantano (atlacuatzon, chilacaztle, etc.) a manera de abono y el agua para regar constantemente con cucharón a las pequeñas semillas sembradas en pequeños cuadros “chapines” para que germinara y pudiera ser trasplantada a manera de almácigo a otras chinampas o áreas agrícolas.





Debemos insistir en que el agrosistema de chinampa o chinamitl, requiere de un trabajo social de participación familiar durante todas las fases de producción y cuidado del producto, así como de una reciprocidad corporativa en la construcción de canales o acolotes que marcaban y permitían la construcción de las chinampas, al funcionar como drenes para controlar el nivel del agua y como ejercicios derivativos a los apancles que garantizaban la humedad del sistema. Este sistema era muy eficiente, pero no podía cubrir las necesidades de una población en constante explosión demográfica, es aquí donde el tributo se vuelve un medio indispensable para la alimentación del pueblo, al mismo tiempo, permitió al gobierno crear reservas alimenticias para los tiempos difíciles y así intentar asegurar la permanencia de la comunidad.






Bibliografía recomendada:
La vida cotidiana de los Aztecas en las vísperas de la conquista, Jaques Soustelle.
Historia General de las Cosas de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún.
Historia y mestizaje de México a través de su gastronomía, Mónica Niembro Gaona.
Entre alimentos, comidas y rituales. Algunas notas sobre la gastronomía prehispánica, la dieta ritual y la etiqueta gourmet mexica a la luz de la “Historia General de las Cosas de la Nueva España”, de fray Bernardino de Sahagún, Ulises Chávez.
La cocina prehispánica y sus ingredientes, Martha Chávez.

Texto: Arvin Hernández Villaseñor
Distinción de clases reflejada en la 
alimentación 
(V)

El pavo o guajolote (totoltin; uexólotl para el macho y que es la partícula lingüística de donde proviene el término actual) es un animal originario de México donde ha sido domesticado desde tiempos muy remotos. Los españoles lo llamaron “gallina del país”, era el ave de corral o domesticada por excelencia y muy posiblemente cada familia tuviera varias aves de estas en sus jardines junto a la casa, las gentes más modestas, sólo lo consumían en ocasiones especiales.




Había también perros de una especie particular, sin pelo, que se cebaban para el consumo. Su carne sin duda, era menos estimada que la del guajolote, porque según nos dice Sahagún:

“… iba entrepuesta con la carne de las gallinas; cuando daban la comida ponían debajo la carne de los perrillos y encima la carne de las gallinas, para hacer bulto”. 

Sea como fuere, se criaba un gran número de estos animales, incluso algunos cronistas aceptan en sus relaciones poseer un gran número de estos animales aún consumada la caída de México-Tenochtitlán. 





La costumbre se ha perdido en la actualidad gracias a la introducción del ganado y también, en un primer momento, porque el sacrificio de estos perros estaba inextricablemente mezclado con ciertas ceremonias paganas que las autoridades españolas prohibieron.

Por razones análogas, los religiosos y misioneros españoles lucharon, con éxito relativo desde el punto de vista de la prosperidad de los mexicanos contra el cultivo del amaranto (huauhtli), esta planta que produce rendimientos considerables, estaba ante sus ojos ligada íntimamente a los ritos indígenas, como aquel donde se recreaba la figura del Dios patrono de los mexica: Huitzilopochtli.






Lo que es cierto, es que los mexica y en general los pueblos de habla nahua, colocaban casi en pie de igualdad e importancia las cuatro plantas sobre las que basaron su vida alimenticia: el maíz (centli), venerado por encima de todo, incluyendo los mitos donde la raza humana está creada a partir de este grano ya que es fuente de la vida misma; el frijol (etl), el amaranto y la chía. 




El chile tiene un lugar aparte, muy importante, pero no es considerado uno de los bienes principales que se puede extraer del tonacatépetl (monte sagrado o cerro de los mantenimientos).







Bibliografía recomendada:
La vida cotidiana de los Aztecas en las vísperas de la conquista, Jaques Soustelle.
Historia General de las Cosas de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún.
Historia y mestizaje de México a través de su gastronomía, Mónica Niembro Gaona.
Entre alimentos, comidas y rituales. Algunas notas sobre la gastronomía prehispánica, la dieta ritual y la etiqueta gourmet mexica a la luz de la “Historia General de las Cosas de la Nueva España”, de fray Bernardino de Sahagún, Ulises Chávez.
La cocina prehispánica y sus ingredientes, Martha Chávez.

Texto: Arvin Hernández Villaseñor

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Distinción de clases reflejada en la 
alimentación 
(IV)


Por otra parte, y en referencia a cuando los mexica tenían que sobrevivir en tiempos difíciles como lo fueron esos donde con grandes trabajos, se establecieron en zonas pantanosas, se consumían una gran variedad de alimentos acuáticos: ranas, axolotl, renacuajos (atepocatl), camarones de agua dulce (acociltin o acociles en la actualidad); moscas acuáticas (amoyotl), larvas acuáticas (aneneztli), gusanos blancos (ocuiliztac) y aún los huevos de una mosca acuática que depositaba en grandes cantidades sobre las aguas y que servía como una especie de caviar, el ahuauhtli.


Ahuauhtli.


Los campesinos de las orillas de la laguna, incluso recogían del agua, una sustancia que flotaba conocida como tecuitlatl (excremento de piedra) un poco parecida al queso, que prensaban para hacer con ella panes, y también consumían los nidos esponjosos que hacían las larvas de las moscas acuáticas.


Tecuitlatl 


Estos suponían alimentos humildes, que sin duda, los mexica se habían alegrado de encontrar antes de la época de poderío y riqueza y que solo desempeñaban el papel de complemento para las clases más pobres. 

Pero tampoco los pipiltin despreciaban los batracios, ni algunos reptiles como la iguana (quahcuetzpalin), ni algunas hormigas, ni los gusanos de maguey, que aún, en el México actual, se consideran como un platillo delicado y nutritivo. 

Por otra parte, al crecer el poderío mexica de un océano a otro, aprendieron a comer el pescado de la mar, tortugas, cangrejos y las ostras.





Bibliografía recomendada:
La vida cotidiana de los Aztecas en las vísperas de la conquista, Jaques Soustelle.
Historia General de las Cosas de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún.
Historia y mestizaje de México a través de su gastronomía, Mónica Niembro Gaona.
Entre alimentos, comidas y rituales. Algunas notas sobre la gastronomía prehispánica, la dieta ritual y la etiqueta gourmet mexica a la luz de la “Historia General de las Cosas de la Nueva España”, de fray Bernardino de Sahagún, Ulises Chávez.
La cocina prehispánica y sus ingredientes, Martha Chávez.


Texto: Arvin Hernández Villaseñor

domingo, 25 de diciembre de 2016

Distinción de clases reflejada en la 
alimentación 
(III)


Para Moctezuma sin embargo, se preparaban cada día, más de trescientos platillos y muchos más para las gentes a su servicio, más de mil raciones. 




El tlatoani, antes de comer, elegía lo que más le apetecía entre los manjares del día: pavo, (guajolote), faisanes, perdices, cornejas, patos salvajes o domésticos, venado, jabalí, pichón, liebres, conejos. 

Después se sentaba solo en su icpalli (asiento real) y se colocaba delante de él, una mesa baja donde se disponían todos los platillos.




“Cuatro mujeres hermosas y muy limpias le daban agua a manos en unos como a manera de aguamaniles hondos que se llamaban xicales; ponían debajo, para recoger el agua, otros a manera de platos, y le daban sus tobajas, y otras dos mujeres le traían el pan y tortillas” (Soustelle).




Según fuentes, de vez en cuando el dignatario se atrevía a distinguir a algunos miembros de su corte con los guisos que les agradaban, una vez que había terminado el primer servicio, que era el principal, se le llevaban frutas de “de todas cuantas había en esta tierra, mas no comía sino muy poca de cuando en cuando” (Sahagún).

Después bebía cacao y se lavaba las manos como al principio de la comida, los enanos o corcovados hacían delante de él sus gracias y bromas; Moctezuma tomaba una de las pipas pintadas y doradas que se colocaban cerca de él y fumaba un instante para después dormir. 

En casa del soberano, y seguramente en la casa de sus principales aliados y aún en la de los señores de provincia, se preparaba comida suficiente para su servidumbre inmediata, para la gente cercana al gobierno, sacerdotes etcétera.





“Después de haber comido el señor, mandaba a sus pajes o servidores para que diesen de comer a todos los señores y embajadores que se hospedaran venidos de otros pueblos, daban de comer también a los que guardaban el palacio; también a quienes criaban a los mancebos, que se llaman telpochtlatoque y a los sátrapas de los ídolos; y a los cantores y los pajes y a todos los del palacio; también daban de comer a los oficiales, como a los plateros y los que labran plumas ricas, y los lapidarios y los que labran de mosaico, y los que hacen cotaras ricas para los señores” (Sahagún).


Bibliografía recomendada:
La vida cotidiana de los Aztecas en las vísperas de la conquista, Jaques Soustelle.
Historia General de las Cosas de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún.
Historia y mestizaje de México a través de su gastronomía, Mónica Niembro Gaona.
Entre alimentos, comidas y rituales. Algunas notas sobre la gastronomía prehispánica, la dieta ritual y la etiqueta gourmet mexica a la luz de la “Historia General de las Cosas de la Nueva España”, de fray Bernardino de Sahagún, Ulises Chávez.
La cocina prehispánica y sus ingredientes, Martha Chávez.


Texto: Arvin Hernández Villaseñor
Distinción de clases reflejada en la 
alimentación
 (II)

El mexicano de esa época era sumamente frugal, como lo es todavía el de hoy. Casi todo el tiempo se contentaba con una alimentación monótona aunque muy nutritiva, estaba compuesta esencialmente de tortillas, atole y tamales, frijoles y granos de hueutli (amaranto), de chian (chía).





Es justo reconocerse que la alimentación del macehual en la época prehispánica era mucho más variada que la de otros pueblos antiguos, en la primera figuraban ciertas clases de plantas cultivadas, como el huautli, de plantas silvestres, insectos y batracios cuyo empleo está mucho menos extendido o incluso se ha perdido por completo en la sociedad actual.





De acuerdo a las crónicas, después del amanecer, el primer alimento era ingerido después de unas horas de trabajo, en algunas comunidades indígenas se sigue viendo reflejada esta práctica, donde únicamente se toma un tazón de atolli, pasta de maíz más menos espesa, azucarada con miel o condimentada con chile.






La comida fuerte del día era para todos celebrada durante las horas de mayor calor; cuando se podía, se le hacía seguir de una siesta corta. Para la gente común, era asunto rápido: tortillas de maíz, frijoles, salsa de chile y tomate, a veces tamales y raramente carne de caza: venado o de aves (lo que conocemos como pavos, guajolotes en la época prehispánica). 

Como bebida, sólo se tomaba agua, la familia, en cuclillas sobre las esteras cerca del hogar, despachaban con prontitud estos alimentos; cuando el varón se veía obligado a quedarse fuera de casa por el trabajo, su mujer preparaba un itacatl (itacate, costumbre todavía muy arraigada entre los mexicanos), que el hombre se llevaba al salir del hogar.

Bibliografía recomendada:
-La vida cotidiana de los Aztecas en las vísperas de la conquista, Jaques Soustelle.
-Historia General de las Cosas de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún.
-Historia y mestizaje de México a través de su gastronomía, Mónica Niembro Gaona.
-Entre alimentos, comidas y rituales. Algunas notas sobre la gastronomía prehispánica, la dieta ritual y la etiqueta gourmet mexica a la luz de la “Historia General de las Cosas de la Nueva España”, de fray Bernardino de Sahagún, Ulises Chávez.
-La cocina prehispánica y sus ingredientes, Martha Chávez.

Texto: Arvin Hernández Villaseñor

viernes, 23 de diciembre de 2016

Distinción de clases reflejada en la alimentación 
(I) 


La habilidad de los cocineros mexica se manifestaba en una gran variedad de platillos. Sahagún enumera diferentes tipos de tortillas, 6 en total: 





- Las tortillas que cada día comían los señores se llamaban "totonqui tlaxcalli tlacuelpacholli", quiere decir tortillas blancas y calientes, dobladas, compuestas en un "chiquihuitl" y cubiertas con un paño blanco. 

- Las "ueitlaxcalli", que quiere decir tortillas grandes; estas son muy blancas y delgadas, anchas y muy blandas. 

- Las "quauhtaqualli"; son muy gruesas, blancas, grandes y ásperas.

 - Otras eran blancas, y otras algo pardillas, de muy buen comer, que llamaban "tlaxalpacholli. 

- También comían unos panecillos no redondos, sino largos, que llamaban "tlaxcalmililli"; son rollizos y blancos y del largo de un palomo o poco menos. 



Tlaxcalmililli



- Las "tlacepoalli ilaxcalli", que eran hojaldradas, eran de delicado comer. 

También menciona diversas carnes asadas, carne de aves, pescado, batracios o insectos, legumbres, granos, camotes, chiles y tomates. 

Entre los manjares más solicitados por los gobernantes, podemos encontrar tamales rellenos de carne, los caracoles y las frutas (a veces servidas con caldo de ave); ranas con salsa de chile; pescado blanco “itzac michi” (proveniente de Michoacán) guisado con chile y tomate; axolotl, que era un manjar especialmente delicado sazonado con chile amarillo; pescado servido con salsa de pepitas de calabaza molidas; hormigas aladas; gusanos de maguey (meocuillin); atole de maíz y de huautli; salado o azucarado con chile o miel, ejotes y raíces de diversas especies como el camotli (camote). 






Los mexica no contaban con grasa o aceite, así que la cocina ignoraba las frituras. Todo se comía asado o a lo más, cocido, sazonado con picante o especias, al no tener ganado, la carne era proveniente de la caza y de dos especies domésticas: el guajolote y el perro. 

La región del México central era muy rica en caza durante esta época: había conejos, liebres, venados, puercos salvajes (pecarí), aves como faisanes, cornejas, tórtolas, pichones y aves acuáticas que abundan en las lagunas como patos. 

Al inicio, estas aves supusieron un alivio a la precaria vida de un pueblo esclavo y recién llegado, para el siglo XVI, estas aves seguían alimentando en gran parte a la población ya que anidaban muy cerca de las aguas en la laguna, entre cañas y carrizos. 


Bibliografía recomendada:
-La vida cotidiana de los Aztecas en las vísperas de la conquista, Jaques Soustelle. 
-Historia General de las Cosas de la Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún. 
-Historia y mestizaje de México a través de su gastronomía, Mónica Niembro Gaona. 
-Entre alimentos, comidas y rituales. 
-Algunas notas sobre la gastronomía prehispánica, la dieta ritual y la etiqueta gourmet mexica a la luz de la “Historia General de las Cosas de la Nueva España”, de fray Bernardino de Sahagún, Ulises Chávez. 
-La cocina prehispánica y sus ingredientes, Martha Chávez. 

Texto: Arvin Hernández Villaseñor 

jueves, 22 de diciembre de 2016

De cómo honraban a Huitzilopochtli, 

como a Dios.




1- Asimismo dicen que el día cuando amasaban y hacían el cuerpo de Huitzilopochtli para celebrar la fiesta que se llamaba Panquetzaliztli, tomaban semillas de bledos y las limpiaban muy bien, quitando las pajas y apartando otras semillas que se llamaban petzócatl y tezcahuauhtli, y las molían delicadamente, y después de haberlas molido, estando la harina muy sutil, amasábanla de que se hacía el cuerpo del Huitzilopochtli. 

2- Y otro día siguiente, un hombre que se llamaba Quetzalcóatl tiraba el cuerpo de dicho Huitzilopochtli con un dardo que tenía un casquillo de piedra, y se lo metía por el corazón, estando presente el rey o señor, y un privado del dicho Huitzilopochtli que se llamaba Teohua; y más se hallaban presentes cuatro grandes sacerdotes y más otros cuatro principales de los mancebos, que tenían cargo de criar los mancebos, los cuales se llamaba telpochtlahtoque; todos éstos se hallaban presentes cuando mataban el cuerpo de Huitzilopochtli y después de haber muerto el dicho Huitzilopochtli. 

3- Luego deshacían y desbarataban el cuerpo del Huitzilopochtli, que era de una masa de semilla de bledos, y el corazón de Huitzilopochtli, tomaban para el señor o rey, y todo el cuerpo y pedazos que eran como huesos del dicho Huitzilopochtli lo repartían en 2 partes, entre los naturales de México y Tlatilulco. 

4- Los de México, que eran ministros del dicho Huitzilopochtli, que se llamaba calpules, tomaban cuatro pedazos del cuerpo del dicho Huitzilopochtli; y otro tanto tomaban los de Tlatilulco, los cuales se llamaba calpules, y así de esta manera repartían entre ellos los cuatro fragmentos del cuerpote Huitzilopochtli, a los indios de los barrios y a los ministros de los ídolos que se llamaba calpules, los cuales comían del cuerpo de Huitzilopochtli cada año, según su orden y costumbre que ellos habían tenido. 

5- Cada uno comía un pedacito del cuerpo de Huitzilopochtli, y los que comían eran mancebos, y decían que era cuerpo del Dios que se llamaba Teoqualo; y los que recibían y comían el cuerpo de Huitzilopochtli se llamaban ministros del Dios. 





Sahagún, Fray Bernardino (1938) Historia General de las Cosas de la Nueva España, editorial Porrúa, México, pp 186-187. 

Texto: Arvin Hernández Villaseñor 

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Tlapanhuéhuetl de Malinalco 


El tambor fue uno de los instrumentos musicales que los mesoamericanos tocaban en la celebración de sus fiestas, actos rituales y en la guerra. Hasta ahora, mediante las fuentes y piezas arqueológicas se sabe que existieron dos tipos de tambor vertical, el tlalpanhuéhuetl, “tambor que está sobre el suelo”, y el huéhuetl o tambor pequeño.

Los ejecutantes del talpanhuéhuetl lo hacían sonar golpeando con las manos la piel colocada en uno de sus extremos. Uno de los más famosos ejemplares de tlalpanhuéhuetl es el que, de acuerdo con el arqueólogo José García Payón y el investigador Xavier Noguez, fue utilizado hasta principios del siglo XX por los habitantes del barrio de Santa Mónica, Malinalco. Por órdenes de José Vicente Villada (gobernador del estado de México entre 1889-1895 y 1897-1904) fue trasladado al Museo de Arqueología, en Toluca, estado de México, fundado por él en la década de 1890. 

El tlalpanhuéhuetl está tallado espléndidamente y tiene una rica iconografía que está vinculada con la época imperial de los mexicas, características que llamaron la atención de investigadores de Mesoamérica, entre ellos Eduard Seler, Mar-shall Saville, Javier Romero, José García Payón y Xavier Noguez. Los trabajos de estos eruditos han contribuido al conocimiento del simbolismo de los grabados del tambor. 

El tambor lleva varios grabados o relieves a lo largo de la estructura de la pieza: Nahui ollin. En una cara del tambor está grabado este glifo que de acuerdo con la cosmogonía mexica representa la era en la que vivimos, el “sol de movimiento”. Los cuatro círculos que están abajo representan el número nahui: 4. Guerreros águila. 





Hay dos representaciones de ellos: una a un lado del glifo nahui ollin y otra en uno de los soportes, que tienen forma de almena. Entre las plumas de las alas y la cola está un técpatl, cuchillo de pedernal, y de sus ojos sale un glifo de atl, agua, como si fuera llanto. En una de las manos llevan una pámitl, bandera que representa el sacrificio, y en la cabeza un aztaxelli, adorno de plumas que era divisa de los guerreros mexicas; al frente del pico y las garras está la representación de atltlachinolli, metáfora que significa guerra. Guerreros jaguar. 




De éstos se ven tres imágenes: una al lado del glifo nahui ollin y otras dos en los soportes. Debajo de los ojos está el glifo atl y llevan una pámitl, un aztaxelli y el glifo atl-tlachinolli frente al hocico y en las garras. 

El llanto de los guerreros. Eduard Seler dice que el glifo atl debajo de los guerreros significa penitencia y ayuno, actos que realizaban quienes capturaban a un guerrero y pasaban la noche en vela con él antes de su sacrificio. 




Xochipilli-Macuilxóchitl. 
Este dios lleva un disfraz de águila cuyas alas están unidas a un torzal (elemento entrelazado), bajo el cual se ven ocho chalchíhuitl, que para los mexicas eran símbolo de objeto precioso. Debajo del pico del disfraz y a cada lado de los pies está el glifo cuícatl, canto.


Xochipilli-Macuilxóchitl. 


El dios lleva en una mano un abanico y en la otra una sonaja, y en ambas muñecas, un adorno con una flor y lazos, atavíos con los que aparece en algunos códices. Atl-tlachinolli, “agua-hoguera”. Se trata de metáfora para nombrar a la guerra, ya fuera ésta florida o no. En el tlalpanhuéhuetl se le ve de tres maneras: en una sólo se entrecruza, en otra forma un torzal y en otra más sólo se ve el glifo atl. En el glifo tlachinolli se aprecian unos elementos en forma de gancho que representan a la tierra. 


Representación en códices





Bibliografía recomendada
-El Tlapanhuéhuetl de Malinalco, Daniel Díaz. Collected Works in Mesoamerican Linguistics and Archaeology, Eduard Seler. 
-Malinalco: el lugar sagrado de los guerreros Mexicas, Mario Gonzáles Molina. 

Texto: Arvin Hernández Villaseñor

domingo, 18 de diciembre de 2016

13 cielos 



Dentro de la cosmovisión Nahua, la bóveda celeste estaba conformada por 13 cielos o niveles, en estos sitios, se movían los astros y estaban regidos por un Dios, tenemos la siguiente recopilación: 




(1) Ilhuicatl Meztli "Donde se mueve la luna" 

Primer cielo inmediato sobre la tierra. Aquí se trasladan la Luna (Meztli) y las nubes. 
Esta habitado por: 
Tlazolteotl, Dios de la inmundicia.
Tlaloc, que punza el vientre de la nube. 
Ehecatl, el que hace caminar a las nubes. 


Tlazolteotl

Tláloc

Ehecatl


(2) Cintlalco "Donde se mueven las estrellas"

Las estrellas corren divididas en dos ejércitos: 
Centzon Mimixcoa: 
Las cuatrocientas del Norte. Centzon Huitzinahua: 
Las cuatrocientas del Sur.
También se encuentran: Citlaltonac, la vía láctea. 
Tezcatlipoca ocelotl, la osa mayor. 
Citlaxonecuilly, la osa menor. 
Colotl, la constelación de Escorpio. 


Constelaciones


(3) Ilhuicatl Tonatiuh "Donde se mueve el sol"

 Aquí se desplaza Tonatiuh, el Sol, en su camino desde del país de la luz hasta su casa de occidente para sumergirse en el inframundo. 


Tonatiuh



(4) Ilhuicatl Huitztlan "El cielo de la estrella grande"

 Aquí se mueve Citlapol o Huey Citlallin (Venus), la "Estrella grande, la mayor y la más brillante", también viven: 
Tlahuilzalpantecuhtli: Dios de la mañana o de la luz, señor del alba, advocación de Quetzalcoatl, asociado con Venus como estrella matutina. 
Uixtocíhuatl ó Uixtociuatl, diosa de la sal.




Tlahuizcalpantecuhtli


Uixtocíhuatl ó Uixtociuatl


 (5) Ilhuicatl Mamoloaco "Cielo que se hunde o taladra"

 Lugar de los cometas, estrellas errantes. Citallin-popoca, "Estrellas que humean" Citlalmina, cuando tienen cola.Xihuitl, cuando tienen cabellera. 


Estrellas


(6) Yayauhco "Espacio verdinegro"

 Donde nace y se extiende la noche. Aquí ejerce sus poderes Tezcatlipoca Yohualli, el enemigo.


Tezcatlipoca


 (7) Ilhuicatl Xoxouhqui "Cielo azul"

 El que muestra su rostro en el día. Ámbito de Huitzilipochtli, el colibrí azul a la izquierda. 


Huitzilipochtli

(8) Iztlacoliuhqui "Donde crujen los cuchillos de obsidiana"

 Lugar de las tempestades. Aquí aparece Tlaloc pero dominado por la deidad Iztlacoliuhqui, "Cuchillo Torcido", Dios del frío, variante de Tezcatlipoca. 


Itzalcoliuhqui



(9) Iztlan "Región del blanco"

 Lugar donde vive Quetzalcóatl 

Quetzalcóatl



(10) Cozauhquitlan "Región del amarillo"

En este lugar se piensa que habita Xipe-Tótec, tiene que ver con un carácter solar y de agricultura y fertilidad. 


Xipe Tótec

(11) Yayauhtlan "Región del rojo"

 Aquí el sol muestra su rostro rojo, a la hora del crepúsculo. 


 "Rostro rojo" de Tonatiuh


(12) Teteocan "Donde moran los dioses"

 Espacio eminentemente divino, donde las deidades permanecen y se proyectan para ser en otras partes. Es el lugar donde los dioses toman rostros, se enmascaran para ser otros además de seguir siendo ellos mismos. Aquí nacen y renacen y se alimentan en su calidad de seres eternos y mutantes. 


Tonacatecuhtli vestido como Tonatiuh


(13) Omeyocan Lugar de la Dualidad"

 Residencia de Ometeotl, señor de la Dualidad. Se concibe el principio generador de todo lo existente. El dios principal se engendra a sí mismo.Ometeotl, en su dualidad femenina-masculina, viene a ser la pareja creadora: Ometecuhtli y Omecihuatl, señor y señora de la Dualidad. Esta pareja creadora, origen de toda la generación de dioses y de la creación del universo tiene también los nombres de Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl, "señor y señora de nuestra carne". Partiendo de estos nombres, algunas versiones consideran que el Omeyocan es al mismo tiempo el Tamoanchan "lugar de nuestro origen", en el que se encuentra el árbol con senos, nodriza que amamantaba a los seres antes de nacer. Es en Tamoanchan donde se engendraban las almas de los hombres.Por ser el fuego considerado elemento generador de la vida, algunas tradiciones sitúan en este cielo a Huehuetéotl-Xiuhtecuhtli, dios viejo y del fuego. 


Xiuhtecuhtli

Ometecuhtli y Omecíhuatl



Bibliografía recomendada:
Dioses prehispánicos de México, Adela Fernández. 


Texto: Arvin Hernández Villaseñor