jueves, 22 de diciembre de 2016

De cómo honraban a Huitzilopochtli, 

como a Dios.




1- Asimismo dicen que el día cuando amasaban y hacían el cuerpo de Huitzilopochtli para celebrar la fiesta que se llamaba Panquetzaliztli, tomaban semillas de bledos y las limpiaban muy bien, quitando las pajas y apartando otras semillas que se llamaban petzócatl y tezcahuauhtli, y las molían delicadamente, y después de haberlas molido, estando la harina muy sutil, amasábanla de que se hacía el cuerpo del Huitzilopochtli. 

2- Y otro día siguiente, un hombre que se llamaba Quetzalcóatl tiraba el cuerpo de dicho Huitzilopochtli con un dardo que tenía un casquillo de piedra, y se lo metía por el corazón, estando presente el rey o señor, y un privado del dicho Huitzilopochtli que se llamaba Teohua; y más se hallaban presentes cuatro grandes sacerdotes y más otros cuatro principales de los mancebos, que tenían cargo de criar los mancebos, los cuales se llamaba telpochtlahtoque; todos éstos se hallaban presentes cuando mataban el cuerpo de Huitzilopochtli y después de haber muerto el dicho Huitzilopochtli. 

3- Luego deshacían y desbarataban el cuerpo del Huitzilopochtli, que era de una masa de semilla de bledos, y el corazón de Huitzilopochtli, tomaban para el señor o rey, y todo el cuerpo y pedazos que eran como huesos del dicho Huitzilopochtli lo repartían en 2 partes, entre los naturales de México y Tlatilulco. 

4- Los de México, que eran ministros del dicho Huitzilopochtli, que se llamaba calpules, tomaban cuatro pedazos del cuerpo del dicho Huitzilopochtli; y otro tanto tomaban los de Tlatilulco, los cuales se llamaba calpules, y así de esta manera repartían entre ellos los cuatro fragmentos del cuerpote Huitzilopochtli, a los indios de los barrios y a los ministros de los ídolos que se llamaba calpules, los cuales comían del cuerpo de Huitzilopochtli cada año, según su orden y costumbre que ellos habían tenido. 

5- Cada uno comía un pedacito del cuerpo de Huitzilopochtli, y los que comían eran mancebos, y decían que era cuerpo del Dios que se llamaba Teoqualo; y los que recibían y comían el cuerpo de Huitzilopochtli se llamaban ministros del Dios. 





Sahagún, Fray Bernardino (1938) Historia General de las Cosas de la Nueva España, editorial Porrúa, México, pp 186-187. 

Texto: Arvin Hernández Villaseñor 

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