domingo, 18 de diciembre de 2016

13 cielos 



Dentro de la cosmovisión Nahua, la bóveda celeste estaba conformada por 13 cielos o niveles, en estos sitios, se movían los astros y estaban regidos por un Dios, tenemos la siguiente recopilación: 




(1) Ilhuicatl Meztli "Donde se mueve la luna" 

Primer cielo inmediato sobre la tierra. Aquí se trasladan la Luna (Meztli) y las nubes. 
Esta habitado por: 
Tlazolteotl, Dios de la inmundicia.
Tlaloc, que punza el vientre de la nube. 
Ehecatl, el que hace caminar a las nubes. 


Tlazolteotl

Tláloc

Ehecatl


(2) Cintlalco "Donde se mueven las estrellas"

Las estrellas corren divididas en dos ejércitos: 
Centzon Mimixcoa: 
Las cuatrocientas del Norte. Centzon Huitzinahua: 
Las cuatrocientas del Sur.
También se encuentran: Citlaltonac, la vía láctea. 
Tezcatlipoca ocelotl, la osa mayor. 
Citlaxonecuilly, la osa menor. 
Colotl, la constelación de Escorpio. 


Constelaciones


(3) Ilhuicatl Tonatiuh "Donde se mueve el sol"

 Aquí se desplaza Tonatiuh, el Sol, en su camino desde del país de la luz hasta su casa de occidente para sumergirse en el inframundo. 


Tonatiuh



(4) Ilhuicatl Huitztlan "El cielo de la estrella grande"

 Aquí se mueve Citlapol o Huey Citlallin (Venus), la "Estrella grande, la mayor y la más brillante", también viven: 
Tlahuilzalpantecuhtli: Dios de la mañana o de la luz, señor del alba, advocación de Quetzalcoatl, asociado con Venus como estrella matutina. 
Uixtocíhuatl ó Uixtociuatl, diosa de la sal.




Tlahuizcalpantecuhtli


Uixtocíhuatl ó Uixtociuatl


 (5) Ilhuicatl Mamoloaco "Cielo que se hunde o taladra"

 Lugar de los cometas, estrellas errantes. Citallin-popoca, "Estrellas que humean" Citlalmina, cuando tienen cola.Xihuitl, cuando tienen cabellera. 


Estrellas


(6) Yayauhco "Espacio verdinegro"

 Donde nace y se extiende la noche. Aquí ejerce sus poderes Tezcatlipoca Yohualli, el enemigo.


Tezcatlipoca


 (7) Ilhuicatl Xoxouhqui "Cielo azul"

 El que muestra su rostro en el día. Ámbito de Huitzilipochtli, el colibrí azul a la izquierda. 


Huitzilipochtli

(8) Iztlacoliuhqui "Donde crujen los cuchillos de obsidiana"

 Lugar de las tempestades. Aquí aparece Tlaloc pero dominado por la deidad Iztlacoliuhqui, "Cuchillo Torcido", Dios del frío, variante de Tezcatlipoca. 


Itzalcoliuhqui



(9) Iztlan "Región del blanco"

 Lugar donde vive Quetzalcóatl 

Quetzalcóatl



(10) Cozauhquitlan "Región del amarillo"

En este lugar se piensa que habita Xipe-Tótec, tiene que ver con un carácter solar y de agricultura y fertilidad. 


Xipe Tótec

(11) Yayauhtlan "Región del rojo"

 Aquí el sol muestra su rostro rojo, a la hora del crepúsculo. 


 "Rostro rojo" de Tonatiuh


(12) Teteocan "Donde moran los dioses"

 Espacio eminentemente divino, donde las deidades permanecen y se proyectan para ser en otras partes. Es el lugar donde los dioses toman rostros, se enmascaran para ser otros además de seguir siendo ellos mismos. Aquí nacen y renacen y se alimentan en su calidad de seres eternos y mutantes. 


Tonacatecuhtli vestido como Tonatiuh


(13) Omeyocan Lugar de la Dualidad"

 Residencia de Ometeotl, señor de la Dualidad. Se concibe el principio generador de todo lo existente. El dios principal se engendra a sí mismo.Ometeotl, en su dualidad femenina-masculina, viene a ser la pareja creadora: Ometecuhtli y Omecihuatl, señor y señora de la Dualidad. Esta pareja creadora, origen de toda la generación de dioses y de la creación del universo tiene también los nombres de Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl, "señor y señora de nuestra carne". Partiendo de estos nombres, algunas versiones consideran que el Omeyocan es al mismo tiempo el Tamoanchan "lugar de nuestro origen", en el que se encuentra el árbol con senos, nodriza que amamantaba a los seres antes de nacer. Es en Tamoanchan donde se engendraban las almas de los hombres.Por ser el fuego considerado elemento generador de la vida, algunas tradiciones sitúan en este cielo a Huehuetéotl-Xiuhtecuhtli, dios viejo y del fuego. 


Xiuhtecuhtli

Ometecuhtli y Omecíhuatl



Bibliografía recomendada:
Dioses prehispánicos de México, Adela Fernández. 


Texto: Arvin Hernández Villaseñor


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