jueves, 26 de enero de 2017

EL CHOCOLATERO Y SU PERRO FIEL



El maravilloso monumento 89 de Toniná, México, es una escultura en bulto, cuyas dimensiones y formato pequeño, son llamativos (36 cm. de largo), y representa a un perro agachado. El animal se apoya sobre su vientre y vuelve su cabeza hacia el lado y ligeramente hacia arriba, tal vez para un espectador que lo hubiera visto en su contexto original.

Éste monumento 89 es muy curioso, ya que la corta inscripción en la parte posterior del perrito, proporcionó un indicio clave para el desciframiento de la sílaba tz´i, a mediados de la década de 1980.






Como sostuvo entonces David Stuart (Stuart 1987) el primero de los cuatro glifos se puede leer Utz’i-i, traduciéndose u tz’i’, "su perro" y los glifos restantes corresponderían al nombre del dueño del animal.
U-tz’i-i / AJ-ka-ka-wa / 2-WINIKHAAB? / AJ-?-K’UK’? u tz’i’ aj kakaw cha’ winikhaab(?) aj ? k’uk'(?)
“Es su perro del hombre del chocolate, los dos registros del año?”

Revisando la escultura Stuart, llama la atención sobre el nombre del dueño del perro, que es en gran parte un tema en estudios anteriores y que curiosamente, parece estar etiquetado/nombrado como aj kakawa, "la persona de cacao", o "chocolatero" (Stuart, 2014).




La designación recuerda inmediatamente a varias referencias personales que se describen recientemente en los murales de Calakmul. Acompaña a representaciones de personas consumiendo varios alimentos y el manejo de otros tipos de materias primas (Carrasco Vargas y Cordiero Baqueiro 2013).

La gente simplemente se designa con títulos como aj ul, "la persona de atole", aj atz'aam, "la persona de la sal," o aj may, "la persona que aspira tabaco" (Martin 2013). Estas descripciones parecen referirse a funciones especializadas en la economía cortesana de Calakmul, indicando quizás vendedores o comerciantes que comerciaban con materias primas específicas y que involucran a las élites (Stuart, 2014).

Las fragmentos sobrevivientes de los murales de Calakmul no se refieren a cualquier "persona de cacao", pero al parecer en el monumento de Toniná tenemos la designación del nombre del dueño del perrito, ya que al final de la inscripción del monumento, dos glifos parecen decirnos algo acerca de su edad, indicando que estaba en su segundo k ' atun de vida (20-40 años). El glifo final de la frase de nombre, también un título de algún tipo con el prefijo de aj, es difícil analizar sin una inspección más cercana del monumento original (Stuart, 2014).

Una conexión interesante entre perros, comerciantes y cacao fue señalada hace muchos años por Eric Thompson, en su discusión de la vasija de Ratinlixul (Kerr no. 594) (Thompson 1970:137). 
Él vio esta vasija como una probable representación de un rico comerciante que es llevado en una hamaca, acompañada con un séquito de ayudantes, incluido un perro debajo (Stuart, 2014).

Thompson relaciona la imagen, con la mención de Landa de los rituales en el mes Muan, cuando los dueños de los campos de cacao sacrifican un perro con "manchas del color del cacao" durante las fiestas en honor de los dioses Ek Chuah, Chaac y Hobnil. No estoy seguro si estoy de acuerdo con la conexión de Thompson a Landa, pero su idea general de que la vasija, muestra una fiesta comercial parece razonable a primera vista (Stuart, 2014).

Stuart, se inclina hacia la idea de que el perro de Toniná no era un cancerbero (vigilante del mundo de los muertos), más bien fue un animal verdadero que fue una vez amado por una persona real, al parecer un chocolatero conectado a la corte real de Toniná (Stuart, 2014).

La idea de que algunos antiguos mayas tenían perros para ser mascotas puede parecer un poco inusual a la luz de evidencia arqueológica, ya que algunos caninos eran parte de la dieta humana en muchas comunidades mayas antiguas, sin embargo, tenemos muy buenas indicaciones que, en los círculos de élite por lo menos, los perros también eran a menudo compañeros de confianza
(Stuart, 2014).

Pronto Stuart y sus colegas en el Proyecto Regional Arqueológico La Corona publicaran un análisis de una encantadora escultura excavada en 2012 que retrata claramente a una señora real sentada en compañía de su perro doméstico, que se muestra feliz corriendo por el piso en frente su trono (Stuart, 2014).

Por ahora, entonces, se podrá tal vez añadir un poco más a la historia del tz´i de Toniná: su propietario no era el rey, sino más bien alguien cerca de la corte real, que era un vendedor o distribuidor de chocolate, un producto clave en cualquier casa real de la cultura maya (Stuart, 2014).






Texto traducido y adaptado de :
https://decipherment.wordpress.com/…/…/the-chocolatiers-dog/
Autor : David Stuart


FUENTES CITADAS:
Carrasco Vargas, Ramón, and María Cordiero Baqueiro. 2013. The Murals of Chiik Nahb Structure
1-4, Calakmul, Mexico. Maya Archaeology 2, pp. 8-59, edited by Charles Golden, Stephen Houston
and Joel Skidmore. Precolumbia Mesoweb Press, San Francisco.
Graham, Ian, and Peter Mathews. 1996. Corpus of Maya Hieroglyphic Inscriptions, Volume 6, Part 2.
Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, Harvard University, Cambridge, MA.
Kerr, Justin. 2001. The Last Journey: Reflections on the Ratinlinxul Vase and Others of the Same
Theme.http://www.mayavase.com/jour/journey.html
Martin, Simon. 2013. Hieroglyphs from the Painted Pyramid: The Epigraphy of Chiik Nahb Structure
Sub 1-4, Calakmul, Mexico. Maya Archaeology 2, pp. 60-81, edited by Charles Golden, Stephen
Houston and Joel Skidmore. Precolumbia Mesoweb Press, San Francisco.
Stuart, David. 1987. Ten Phonetic Syllables. Research Reports on Ancient Maya Writing, Number
14. Center for Maya Research , Washington, D.C.

Thompson, J. Eric S. 1970. Maya History and Religion. University of Oklahoma Press, Norman

Texto: Benito Vanegas

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