lunes, 6 de marzo de 2017

"Al fin y al cabo en la ciencia no tratamos de hacer propaganda de nada, ni de sostener nada desde cualquier punto de vista que no sea uno y único: la verdad. Tu obligación como hombre de ciencia, es decir la verdad, sin que te importen ni los prejuicios religiosos, ni los prejuicios políticos, ni los prejuicios sentimentales. Deja por el santo la santidad, para el político la oportunidad, para el comerciante el lucro, para el predicador la fe y para el ropagandista la habilidad para revestir con alegres colores de idea. No eres ni un héroe, ni un santo, ni un político, eres un hombre de ciencia y tu obligación es decir la verdad siempre. No la verdad objetiva, porque está ni tú ni nadie esta seguro de conocerla, sino la verdad tal como tú la veas, con una absoluta sinceridad, con una profunda honradez para ti mismo".

Alfonso Caso.
A un joven arqueólogo mexicano.



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