martes, 21 de marzo de 2017

ZONA ARQUEOLÓGICA DE PALENQUE



La zona norte de lo que actualmente es el Estado de Chiapas, es una de las regiones de mayor precipitación de lluvias en México y en el mundo.

Ahí se desarrolló una gran ciudad maya, conocida como Palenque, que cubre cerca de dos y medio kilómetros cuadrados y cuenta con más de mil cuatrocientas ochenta importantes estructuras.

Los constructores aprovecharon la topografía de la Sierra de Don Juan, junto al río de aguas cristalinas conocido como Otulum. La ciudad se levantó dentro de una selva alta perennifolia y su exuberante vegetación enmarca a esa ciudad única.

El nombre originario del sitio probablemente haya sido “Lakamha” o lugar de las grandes o abundantes aguas, por la gran cantidad de arroyos, ríos y riachuelos que la cruzan, obtiene el nombre de Palenque porque la región era conocida por el pueblo Chol como Otolum, o "Tierra de Casas Fuertes"; por lo cual posteriormente se tradujo como Palenque que significa "fortificación".


La zona arqueológica de Palenque cuenta con tres decretos “Patrimonio de la Humanidad”, por designación que hizo la UNESCO en 1987; y con la designación de “Parque Nacional” por parte de la SEMARNAT y “Zona de Monumentos Arqueológicos” por parte del INAH.

Su fundación fue cercana al año 150 a .C., durante el llamado periodo Preclásico tardío (150 a.C.- 250 d.C.) que evolucionó hasta llegar al periodo Clásico Tardío entre los años 600 a 700 D.C.

Palenque se convirtió en uno de los centros mayas más importantes y fue abandonado por razones no conocidas entre los años 800 a 900 D.C.

El primer registro de su existencia es del año 1785, cuando la Audiencia Real de Guatemala, a la que pertenecía esta zona, mandó al capitán José A. del Río para investigar las “Casas de Piedra” de Palenque.

Casi un siglo después se hicieron presentes varios investigadores, dentro de ellos Guillermo Dupaix, John Lloyd Stephens, Edward Thompson y otros, que habían sido impresionados por las bellas litografías de Frederick Catherwood.


Los arqueólogos han encontrado información de diecinueve gobernantes, siendo el más importante el onceavo, Pakal II o El Grande.

Al adentrarse en el centro arqueológico, lo primero que se admira es el Templo de la Calavera, edificio que recibe ese nombre por la decoración que tiene en una de las pilastras de su fachada, que representa un cráneo de conejo, en la opinión de unos investigadores representa el glifo emblema de la ciudad (bak o hueso).


El siguiente edificio es el Templo XIII; recientemente se le ha llamado el Templo de la Reina Roja, porque en una cámara utilizada como sepultura se localizó un sarcófago de piedra, con ofrendas de jade y restos femeninos cubiertos de cinabrio, que da ese color rojo bermellón. La hipótesis más aceptada entre los arqueólogos es que se trata de la esposa del gobernante.


A continuación se aprecia el Templo de las Inscripciones, que recibe ese nombre por tener 3 paneles labrados con más de 620 jeroglíficos. Su basamento se compone de nueve cuerpos escalonados, que representan el inframundo.

El 15 de junio de 1952, el arqueólogo Alberto Ruz L´huillier encontró en la parte superior del templo, una escalinata que conduce a la cripta mortuoria del gobernante Kinich Janahb Pakal II, “Escudo Solar”, que reinó entre 615 a 683 d. C.


El cuerpo de Pakal II, se localizó en el interior de un gran sarcófago monolítico (6) de tres metros de largo por dos metros diez centímetros de ancho y con un peso de más de 25 toneladas, que se
debió de colocar antes de la construcción del templo.

La lápida que cubría el sarcófago también es monolítica y con un peso aproximado de 5 toneladas, de una belleza sin precedente. En ella se representa, en el centro, a Pakal II que desciende al inframundo ataviado como el dios Kawiil y detrás de él se encuentra un árbol sagrado o ceiba del cual emergen dos grandes serpientes.

La parte inferior corresponde al inframundo y en ella se observan huesos, así como un mascarón del Monstruo de la Tierra. En la parte superior, está una representación del dios Itzamnaj posado sobre la copa de la gran ceiba.

En el interior del sarcófago estaban los restos del gobernante cubiertos de cinabrio y una bella máscara, orejeras, pectoral, anillos y una figurilla de jade , además de otros implementos que acompañaron al gobernante en su viaje al inframundo como vasijas, platos y dos cabezas de estuco, los cuales fueron colocados justo debajo del sarcófago.


Frente al Templo de las Inscripciones se encuentra la majestuosa Gran Plaza (8), limitada en un lado por el Palacio que tiene aproximadamente cien metros de largo, ochenta de ancho y diez de
alto.

Cuenta con cuatro patios interiores, con decoración a base de estuco en las paredes. Los cuartos están techados con base en el arco maya y existen galerías subterráneas, tableros y lápidas con jeroglíficos y baños.

Destaca una torre de cuatro lados, que probablemente servía como observatorio astronómico y también para vigilar la llanura En el interior del Palacio es posible admirar la Lápida Oval de la Casa E, donde se representa el acto en el cual la madre entrega el trono a Pakal II a la edad de 12 años; además de los Tableros del Palacio y el de los 96 glifos, que ahora se localizan en el Museo de Sitio. Se supone que este edificio debió estar destinado a actividades administrativas, políticas y como residencia de los gobernantes.


Por su parte, el Grupo de las Cruces, está integrado por los Templos del Sol, de la Cruz y de la Cruz Foliada.

Se localizan en elevaciones naturales y tienen un basamento escalonado. En su interior se cuenta con un santuario, y en las jambas de acceso hay bellos relieves, así como imponente crestería realizada en dos muros calados.

El Templo del Sol es la clásica construcción palencana, con doble crujía, tres entradas con pilares y un cuarto al fondo con un santuario. Su nombre se deriva de un tablero colocado en el muro central del santuario y en el cual se puede observar a dos personajes de pie, que tiene en el centro un escudo redondo y dos lanzas cruzadas que representan el Sol. Todo parece indicar que está dedicado al dios Sol Jaguar del inframundo.


El Templo de la Cruz es similar al anterior, cuenta con un impresionante tablero jeroglífico divido en tres paneles y en el cual se puede observar el tema central un gran árbol sagrado o ceiba muy similar a una cruz, sobre un mascarón del Monstruo de la Tierra que sostiene a un quetzal.


El Templo de la Cruz Foliada cuenta con otro tablero y el cual al igual que el ejemplo anterior, el tema central es un árbol sagrado o ceiba la cual tiene algunas cabezas humanas decapitadas simulando ser mazorcas de maíz, que parece estar dedicado al dios Kawiil, asociado con la fertilidad.


Existen otros interesantes templos en el grupo norte, en especial el del Conde, frente al Juego de Pelota; en el que dicen que habitó en 1833 el Conde Jean Frederick Waldeck. Asimismo, es de admirar el acueducto con una bóveda en saledizo de 3 metros de altura.



Por
George Gammel Angell

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