lunes, 27 de marzo de 2017

LA CÁMARA DE LAMBDOMA


Quizás el punto menos conocido del de por sí poco conocido Cárcamo de Dolores sea la cámara de Lambdoma, este elemento fue instalado durante los trabajos de restauración llevados a cabo en 2010 y su autor es el artista Ariel Guzik que incluso fue candidato para recibir el International Award for Public Art (Galardón Internacional para el Arte Público) junto con otros 31 proyectos que buscaban integrar el arte a la vida cotidiana de la sociedad.

Este elemento fue creado siguiendo uno de los principios básicos en el trabajo de Pitágoras que dice:

“…La música satisface necesidades evolutivas y adaptativas básicas, casi tan primarias como las necesidades fisiológicas, especialmente aquellas relacionadas con la "cenestesia" (sensación humana de normalidad y de buena coordinación de las funciones orgánicas”.



Según Guzik el único error de Rivera fue el hecho de no tener en cuenta el agua corriente en un complejo que por concepción fue ideado para recrear una alegoría en torno a este elemento y que desde épocas pretéritas fue de primera importancia en la composición social de las culturas prehispánicas y ha mantenido una permanencia en el tiempo para la cultura lacustre de la actual Ciudad de México.

La construcción de la cámara de Lambdoma une el funcionamiento de elementos como un sensor de sonoridad sobre el flujo del agua corriente que produce un ruido térmico y que va conectado a un juego de pipas que integran un órgano con decibeles armónicos y subarmónicos mediante una torre de captación de señales meteorológicas que se usa para el control de tesituras y matices del órgano. El sensor de la sonoridad del flujo del agua está fabricado con elementos sumergibles que detectan sonoridad y entropía por medio de un cristal conductor, “el ruido blanco” que detecta la torre meteorológica hace fluir los ensambles armónicos y subarmónicos del órgano, las nubes, precipitaciones, temblores, cielos nublados y viento producen tensiones de diferentes magnitudes en las señales meteorológicas lo que provoca la activación melódica del órgano. Lo más interesante de esto es que controles y tableros de toda la composición están a la vista del público para que así se pueda entender de manera empírica el funcionamiento de la cámara de Lambdoma.



Cabe resaltar que el enorme órgano con dos juegos de pipas de bronce está instalado en ambos muros laterales del edificio que alberga el Cárcamo de Dolores, los afortunados que se han refugiado en dicho lugar en tardes de mucho viento, nubes y lluvia han podido escuchar “la música de la lluvia” elemento que pone un complemento perfecto a la creación del complejo de Diego Rivera.

Guzik lo nombró como “el canto de Tlaloc” ya que busca musicalizar la fuerza de la naturaleza mediante los acordes que provoca el señor de la lluvia cuando decide verter el líquido precioso sobre su amada Ciudad de México [otrora] México-Tenochtitlan.



Para saber más:

La Cámara de Lambdoma", Ariel Guzik.

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