lunes, 6 de marzo de 2017

CHAPULTEPEC, FUENTE DE VIDA



Chapultepec fue el sitio elegido por Nezahualcóyotl y Moctezuma para realizar obras importantes como el acueducto que dotaba de agua a Tenochtitlán, plantaron ahuehuetes y construyeron baños rituales. Moctezuma hizo traer plantas de diversas regiones y construyó un jardín botánico.


La Historia nos cuenta que la epidemia de viruela y las alianzas con los pueblos sometidos por los mexicas, como los totonacas y los tlaxcaltecas, están entre las principales causas de la caída de Tenochtitlán a manos del ejército encabezado por Cortés. Sin embargo, algunos investigadores afirman que la sed provocada por el corte de agua desde Chapultepec hacia la gran ciudad mexica, también fue parte de la estrategia militar que utilizó Cortés para lograr la rendición del pueblo y dar paso a la conquista.

A partir de ahí, el Cerro del Chapulín ha sufrido modificaciones importantes: durante la colonia utilizaron piedras del adoratorio que se encontraba en su cima para edificar una capilla dedicada a San Miguel Arcángel. En la época independiente se construyó el Colegio Militar, testigo de la invasión estadounidense y muerte de los Niños Héroes. Posteriormente recibió la invasión europea durante la estancia de Maximiliano de Habsburgo y años después ahí vivió el dictador Porfirio Díaz, convirtiéndose el Castillo en la residencia presidencial, hasta que en 1939 Lázaro Cárdenas decidió que ya no lo fuera y lo reabrió al pueblo mexicano para disponerlo como el Museo Nacional de Historia.


Según el arqueólogo Guilliem Arroyo, quien después de revisar los planos de los sistemas hidráulicos de la época prehispánica, entre ellos la “Ordenanza del señor Cuauhtémoc” de 1523 - donde se representan los linderos de Tlatelolco, que iban desde lo que es hoy el barrio de La Lagunilla hasta Tecámac en el eje de sur a norte, y de Tepito a Nonoalco en el eje transversal-, relaciona Chapultepec con Tlatelolco. Además, comenta que “el agua del cerro del Chapulín se canalizaba a la parte oriental, llegaba a Salto del Agua, ahí doblaba hacia el norte hasta Tlatelolco y se desviaba en San Francisco, a la altura de lo que hoy es el Palacio de Bellas Artes, para concluir en Tenochtitlan.”

Así como en el pasado, el actual bosque de Chapultepec con sus 686 hectáreas de extensión territorial, se mantiene como fuente natural de vida para algunas especies endémicas y como un pulmón de la Ciudad de México; desafortunadamente también sigue siendo testigo de otro tipo de invasiones y destrucción, ambos justificados por el gobierno de la misma Ciudad.



Fuentes de consulta:
http://www.proceso.com.mx/433676/la-destruccion-chapultepec
http://www.chapultepec.df.gob.mx/?page_id=20&lang=e

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